Evo a la cancha
La propuesta de mar boliviana se basa en un pedido ya casi de rodillas, intentaron los motivos históricos, políticos, administrativos, se inventaron mapas para corroborar su “histórica” condición de país marítimo, pero que se acabó en la Guerra del Pacífico.
Desde que Bolivia entró en una clara crisis social, todos los Presidentes del altiplánico país, han buscado eludir los problemas internos y redirigir la atención hacia esta opción de lograr la tan ansiada salida al mar. A su vez las personas que han sufrido las destituciones de cuanto hombre pongan en el poder, sigue insistiendo en que Chile debe regresar el mar que “por historia” les pertenece.
Es aquí donde empieza la pugna, según lo que me han enseñado una variada gama de ilustres profesores, el conflicto que inició la Guerra del Pacífico fue el alza de los precios del salitre, impuesto por el mismo dictador Hilarión Daza, quién subió en 10 centavos el impuesto de cada quintal exportado. Luego de esto se inició el conflicto, sin embargo Perú y Bolivia formaron una “Confederación” en la cual se pretendía unir fuerzas para derrotar a Chile, esto para dejar fuera a nuestro país de la comercialización de salitre y guano.
Entonces si un país declara la guerra por tener un gran ejército (cerca de 7 mil hombres) y más aún, cierra un trato de ayuda mutua con un aliado, como Perú, y ahora que han pasado más de 100 años y porque según ellos no tienen un progreso económico por su nula salida al mar, es bastante patudo de su parte.
Ahora apelan al “pueblo hermano” al que cuando pudieron perjudicar no dudaron en hacerlo, al que han basureado de ser egoísta y soberbio, pero que ante la rogativa de tener alguna franja de soberanía, bajan los apelativos y se convierten en alabanzas, si hasta quieren casar a Michelle Bachellet con Evo Morales.
Y qué hay de Perú, el principal aliado de Bolivia, que hace oídos sordos a las peticiones y esquiva cada balazo diciendo, “esperamos que Chile haga algo para solucionar el histórico problema del país hermano” y en vez de actuar como lo hicieron en la Guerra del Pacífico, sólo se limitan a mirar.
Es en estos momentos cuando la geografía está de nuestro lado, porque si no quieren tener relaciones con nosotros, tomamos un barco y vamos a conversar con la gente que tiene algún tratado, dejando de lado a todos estos envidiosos, unos con hambre de mar, otros que no nos prestan gas y los del norte que están a punto de declararnos la guerra.
Entonces ya no sólo aparece don Evo como centrodelantero a empujar el balón en la línea, sino que Humala le mandó el centro y Kirshner hizo el saque de arquero, por lo que Chile debe tener en cuenta una serie de hechos, porque depende de cómo actúen estos países en las relaciones bilaterales (sacando a Bolivia por supuesto), ya que alagar a la primera mujer presidente es fácil y demás está decir que para quedar bien con todo el mundo, basta decir un par de palabras bonitas y ya somos amigos.
Es decir que la aparición de Evo, no es más que lo que ha venido ocurriendo en los últimos años, en los países del vecindario; problemas de gobernabilidad, la gente que debe sufrir los embates de toda esta manga de vendedores de ilusiones, la nula posibilidad de ascenso social y seguir hundidos en la miseria, que va de mal en peor, pero que la cara que se muestra al mundo es de un país que está en un nuevo proceso y que ahora saldrá de la pobreza para, porque ellos (los candidatos) son los “mesías” de la gente. Y son los únicos que deben tomar el poder, por eso no hay que sorprenderse con don Evo, pero hay que tener cuidado con el resto de los “jugadores del continente”.
Es un panorama como este: Kirshner al arco, porque tapa todo, en especial el gas. Al medio dos jugadores espectaculares, Chávez y Humala, mandan pelotazos espectaculares, y además saben marcar a Bush al hueso, por lo que hay buen juego de ataque y defensa. Y en delantera don Evo, el mete goles, recibiendo los centros de los mediocampistas.
Al final ¿de qué juega Bachellet?.
Desde que Bolivia entró en una clara crisis social, todos los Presidentes del altiplánico país, han buscado eludir los problemas internos y redirigir la atención hacia esta opción de lograr la tan ansiada salida al mar. A su vez las personas que han sufrido las destituciones de cuanto hombre pongan en el poder, sigue insistiendo en que Chile debe regresar el mar que “por historia” les pertenece.
Es aquí donde empieza la pugna, según lo que me han enseñado una variada gama de ilustres profesores, el conflicto que inició la Guerra del Pacífico fue el alza de los precios del salitre, impuesto por el mismo dictador Hilarión Daza, quién subió en 10 centavos el impuesto de cada quintal exportado. Luego de esto se inició el conflicto, sin embargo Perú y Bolivia formaron una “Confederación” en la cual se pretendía unir fuerzas para derrotar a Chile, esto para dejar fuera a nuestro país de la comercialización de salitre y guano.
Entonces si un país declara la guerra por tener un gran ejército (cerca de 7 mil hombres) y más aún, cierra un trato de ayuda mutua con un aliado, como Perú, y ahora que han pasado más de 100 años y porque según ellos no tienen un progreso económico por su nula salida al mar, es bastante patudo de su parte.
Ahora apelan al “pueblo hermano” al que cuando pudieron perjudicar no dudaron en hacerlo, al que han basureado de ser egoísta y soberbio, pero que ante la rogativa de tener alguna franja de soberanía, bajan los apelativos y se convierten en alabanzas, si hasta quieren casar a Michelle Bachellet con Evo Morales.
Y qué hay de Perú, el principal aliado de Bolivia, que hace oídos sordos a las peticiones y esquiva cada balazo diciendo, “esperamos que Chile haga algo para solucionar el histórico problema del país hermano” y en vez de actuar como lo hicieron en la Guerra del Pacífico, sólo se limitan a mirar.
Es en estos momentos cuando la geografía está de nuestro lado, porque si no quieren tener relaciones con nosotros, tomamos un barco y vamos a conversar con la gente que tiene algún tratado, dejando de lado a todos estos envidiosos, unos con hambre de mar, otros que no nos prestan gas y los del norte que están a punto de declararnos la guerra.
Entonces ya no sólo aparece don Evo como centrodelantero a empujar el balón en la línea, sino que Humala le mandó el centro y Kirshner hizo el saque de arquero, por lo que Chile debe tener en cuenta una serie de hechos, porque depende de cómo actúen estos países en las relaciones bilaterales (sacando a Bolivia por supuesto), ya que alagar a la primera mujer presidente es fácil y demás está decir que para quedar bien con todo el mundo, basta decir un par de palabras bonitas y ya somos amigos.
Es decir que la aparición de Evo, no es más que lo que ha venido ocurriendo en los últimos años, en los países del vecindario; problemas de gobernabilidad, la gente que debe sufrir los embates de toda esta manga de vendedores de ilusiones, la nula posibilidad de ascenso social y seguir hundidos en la miseria, que va de mal en peor, pero que la cara que se muestra al mundo es de un país que está en un nuevo proceso y que ahora saldrá de la pobreza para, porque ellos (los candidatos) son los “mesías” de la gente. Y son los únicos que deben tomar el poder, por eso no hay que sorprenderse con don Evo, pero hay que tener cuidado con el resto de los “jugadores del continente”.
Es un panorama como este: Kirshner al arco, porque tapa todo, en especial el gas. Al medio dos jugadores espectaculares, Chávez y Humala, mandan pelotazos espectaculares, y además saben marcar a Bush al hueso, por lo que hay buen juego de ataque y defensa. Y en delantera don Evo, el mete goles, recibiendo los centros de los mediocampistas.
Al final ¿de qué juega Bachellet?.
1 Comments:
Sebastián:
Me parece interesantísmo el paralelo con un equipo de fútbol, pero creo que hay cosas por pulir, pues no son propias de un artículo periodístico. Hay varios elementos muy rescatables y destacables en tu texto, pero debes tener ojo de no caer en afirmaciones que más bien uno diría en una conversación informal.
Ojo con la ortografía, tienes algunos errores.
En general, bien.
La nota, en clase.
Saludos,
Claudio
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